
¿Cómo surge mi obra artística? Podría estar mucho tiempo escribiendo y aún así faltarían hojas. El surgimiento de una obra implica toda una problemática intrínseca que vive en el interior de cada artista o creador, y depende mucho de su historia personal, de la época en la cual esta viviendo, de su visión el mundo de sus experiencias personales y colectivas pero, por sobre todo de su observación.
El artista es un receptor de imágenes e ideas que van ocurriendo en su vida, convirtiéndolo así en un lápiz en la mano de su época, el arte constituye entonces el más inmenso inventario de la imaginación humana jamás realizado que puede convertirse en un arma de doble filo sobre todo para los poderes fácticos que dominan nuestras sociedades.
No todas las personas que hacen arte cargan consigo el poder de tener conciencia del arma que manejan. El arte es un arma pasiva en apariencia, pero totalmente activa en su contenido y su capacidad de expansión es tan inmensa que es capaz de develar verdades ocultas o que muchas veces no queremos ver. Es como un espejo que nos muestra la realidad tal cual es con sus vicios y virtudes.
En lo personal el proyecto "Human Factory" surge producto de la observación la lectura y la información almacenada en la memoria durante largos años en donde la temática central siempre ha sido " el ser humano y su entorno".
En lo particular existen dos obras que influyen enormemente en mi quehacer artístico y me acercan de alguna manera al área audiovisual, en especial a la fotografía, la cual se convertirá en el futuro en mi profesión, La primera es la novela de ciencia-ficción "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley, que retrata a una sociedad futurista que dispone de unos sistemas de control que desde el nacimiento determinan las aptitudes físicas y mentales de cada individuo, para así asignarle un trabajo y una función social que deberán desempeñar durante toda su vida.
La segunda gran obra es la película "Blade Runner" de Ridley Scott, basada en la novela "¿Sueñan los androides con Ovejas Eléctricas?", del escritor norteamericano Phillip K.Dick, en la cual el futuro se desarrolla en un entorno urbano degradado, en el que la naturaleza es un vago recuerdo y la tecnología forma parte de la vida cotidiana.
Podría finalizar diciendo que el arte actual y el de siempre, camina al borde de la cornisa en tanto que de a ratos, abre y cierra, simultáneamente, espacios fluctuantes, contradictorios, entre lo conocido y lo incomesurable, entre lo oculto y lo descaradamente desnudo entre lo sagrado y lo profano.
Para la persona acostumbrada a pensar sobre arte, de acuerdo al modo académico y realista imperante, el arte moderno es feo, mal dibujado, deformado o simplemente incomprensible y al interpretar mal el propósito del artista, el observador pierde la posibilidad de captar la "otra belleza", la diferente clase de belleza, la diferente estética que constituye todo el sentido del arte post-moderno.
Para apreciarla, tenemos que librarnos de los hábitos del pensar académico que nos han sido inculcados, acercándonos al arte nuevo con un espíritu lo más libre de prejuicios posible. Tenemos que en realidad estar dispuestos a una "exploración", a una "apertura" y a no dejar que el conservadurismo construya una muralla en torno a nuestros pensamientos.
Si el arte puede definirse( cosa nada de fácil), entre otras cosas como "la naturaleza vista a través de un temperamento", es menester ser receptivos a toda "buena nueva" manifestación artística, donde el gusto( por ser un valor totalmente subjetivo y fundamental) puede cultivarse.
Lo importante es ser siempre receptivos, tener una gran apertura y tratar de ampliar la escala de valores de lo estético. El mundo que nos contiene( tan materializado y banal) hace que olvidemos de ampliar esos horizontes para poder nutrir con mas generosidad el espíritu.
Esto se consigue a base de ver, siempre ver y sentir; para romper con el concepto de " arte para entendidos", en tanto y en cuanto existe un universo por cada artista y un universo por cada espectador, con el cual es posible decodificar parte de la realidad actual, al considerarlo un hecho social, a veces hasta con sentido critico, pero fundamentalmente( y eso es lo que he pretendido hacer) " protagonista de su época".
El artista es un receptor de imágenes e ideas que van ocurriendo en su vida, convirtiéndolo así en un lápiz en la mano de su época, el arte constituye entonces el más inmenso inventario de la imaginación humana jamás realizado que puede convertirse en un arma de doble filo sobre todo para los poderes fácticos que dominan nuestras sociedades.
No todas las personas que hacen arte cargan consigo el poder de tener conciencia del arma que manejan. El arte es un arma pasiva en apariencia, pero totalmente activa en su contenido y su capacidad de expansión es tan inmensa que es capaz de develar verdades ocultas o que muchas veces no queremos ver. Es como un espejo que nos muestra la realidad tal cual es con sus vicios y virtudes.
En lo personal el proyecto "Human Factory" surge producto de la observación la lectura y la información almacenada en la memoria durante largos años en donde la temática central siempre ha sido " el ser humano y su entorno".
En lo particular existen dos obras que influyen enormemente en mi quehacer artístico y me acercan de alguna manera al área audiovisual, en especial a la fotografía, la cual se convertirá en el futuro en mi profesión, La primera es la novela de ciencia-ficción "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley, que retrata a una sociedad futurista que dispone de unos sistemas de control que desde el nacimiento determinan las aptitudes físicas y mentales de cada individuo, para así asignarle un trabajo y una función social que deberán desempeñar durante toda su vida.
La segunda gran obra es la película "Blade Runner" de Ridley Scott, basada en la novela "¿Sueñan los androides con Ovejas Eléctricas?", del escritor norteamericano Phillip K.Dick, en la cual el futuro se desarrolla en un entorno urbano degradado, en el que la naturaleza es un vago recuerdo y la tecnología forma parte de la vida cotidiana.
Podría finalizar diciendo que el arte actual y el de siempre, camina al borde de la cornisa en tanto que de a ratos, abre y cierra, simultáneamente, espacios fluctuantes, contradictorios, entre lo conocido y lo incomesurable, entre lo oculto y lo descaradamente desnudo entre lo sagrado y lo profano.
Para la persona acostumbrada a pensar sobre arte, de acuerdo al modo académico y realista imperante, el arte moderno es feo, mal dibujado, deformado o simplemente incomprensible y al interpretar mal el propósito del artista, el observador pierde la posibilidad de captar la "otra belleza", la diferente clase de belleza, la diferente estética que constituye todo el sentido del arte post-moderno.
Para apreciarla, tenemos que librarnos de los hábitos del pensar académico que nos han sido inculcados, acercándonos al arte nuevo con un espíritu lo más libre de prejuicios posible. Tenemos que en realidad estar dispuestos a una "exploración", a una "apertura" y a no dejar que el conservadurismo construya una muralla en torno a nuestros pensamientos.
Si el arte puede definirse( cosa nada de fácil), entre otras cosas como "la naturaleza vista a través de un temperamento", es menester ser receptivos a toda "buena nueva" manifestación artística, donde el gusto( por ser un valor totalmente subjetivo y fundamental) puede cultivarse.
Lo importante es ser siempre receptivos, tener una gran apertura y tratar de ampliar la escala de valores de lo estético. El mundo que nos contiene( tan materializado y banal) hace que olvidemos de ampliar esos horizontes para poder nutrir con mas generosidad el espíritu.
Esto se consigue a base de ver, siempre ver y sentir; para romper con el concepto de " arte para entendidos", en tanto y en cuanto existe un universo por cada artista y un universo por cada espectador, con el cual es posible decodificar parte de la realidad actual, al considerarlo un hecho social, a veces hasta con sentido critico, pero fundamentalmente( y eso es lo que he pretendido hacer) " protagonista de su época".
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